La riqueza arqueológica de este barranco se conoce desde los años cuarenta del siglo XX (Álvarez, 1947); hasta mediados de la década de los setenta de dicho siglo la labor de Luis Diego Cuscoy continúa dando a conocer descubrimientos en dicho barranco (Diego, 1964; 1972 y 1975). Posteriormente, la Memoria de Licenciatura de Mª C. Jiménez Gómez (Jiménez, 1971) y la Carta Arqueológica de Tenerife recogerán los datos conocidos, aportando nuevos registros (Jiménez, Tejera y Lorenzo, 1980). A ello hay que añadir el Inventario Arqueológico de la Isla de Tenerife (1989) en el que de nuevo se señalan datos referidos a este barranco. En ese mismo año, se decide por parte de la Administración incoar un expediente para declarar B.I.C. el área arqueológica de Los Cabezazos (B.O.C. nº 102, de 9 de junio de 1989), expediente que nunca fue resuelto. En la década de los años 90 del siglo XX, los trabajos en el barranco fueron retomados por el equipo del Proyecto de Arqueología del Menceyato de Tegueste, cuyo objetivo ha estado orientado, principalmente, a la revisión de la secuencia estratigráfica publicada por Luis Diego Cuscoy, habiendo excavado la cueva denominada La Higuera Cota (Arco et. al., 1999).
Prácticamente diez años después de haberse abierto el proceso de declaración de B.I.C. por primera vez, se realizó un Proyecto de Propuesta de Puesta en Uso de una parte del Barranco de Aguas de Dios (Tegueste), con el objetivo de que ésta se materializara en la realización de un Parque Arqueológico (Lugo y Pérez, 1998), si bien este proyecto tampoco llegó a concretarse. Posteriormente, con motivo de la construcción de la Nueva Carretera-Variante de Tejina-TF.121 de La Laguna a Punta del Hidalgo, se llevó a cabo un Estudio de Impacto Arqueológico por la empresa ARQUEOCANARIAS, S. L. (Barroso y Marrero, 2000).
En el año 2003, con la intención de volver a abrir el expediente de incoación, se intervino en otro tramo del mismo Barranco, esta vez perteneciente a la localidad de Tejina (La Laguna), con el objetivo de hacer el inventario para definir si la entidad y valor de los yacimientos identificados hacía necesario incluirlos en el área propuesta como B.I.C. para el Conjunto Arqueológico de Los Cabezazos, desde su ubicación hasta el embalse de Tejina (Chávez, Goñi y Pérez, 2003); mientras que en septiembre del mismo año, se ha vuelto a incoar expediente para la declaración de Zona Arqueológica, a favor de los Cabezazos, en el término municipal de Tegueste (B.O.C. nº 182, de 18 de septiembre de 2003). Por último, señalar que en la actualidad el menceyato de Tegueste continúa siendo objeto de estudio con la investigación que realiza la doctoranda Mª Candelaria Rosario Adrián, dentro de marco del Proyecto de Arqueología del Menceyato de Tegueste.
De todo lo destacado anteriormente, se deduce que la documentación arqueológica indica, por un lado, que todo el barranco constituyó una unidad de poblamiento muy importante en la época aborigen de la isla de Tenerife; por otro, el interés que éste ha presentado para la investigación arqueológica, a lo que se suman además otra serie de elementos patrimoniales como son el natural (Parque Rural de Anaga y La Fuente) y el etnográfico (Presa de Tejina). Llegados a este punto y vista la importancia que debió tener este barranco en el pasado, es difícil entender el elevado grado de antropización que presenta en la actualidad, que se traduce en el impacto que ha supuesto para toda la ladera izquierda del barranco la proximidad de las viviendas, los usos agrícola y ganadero, y más recientemente, el vertido de basuras, tanto de las propias viviendas como de algunas industrias cercanas, así como las obras públicas viales -construcción de la Variante de Tejina- y los usos comunitarios previstos. Por otro lado, no hay que olvidar los expolios sistemáticos que ha sufrido la zona, principalmente a partir de que se diera a conocer a nivel científico la relevancia de los materiales arqueológicos recuperados (Diego, 1964; 1968; 1972; 1975).
Extracto del trabajo presentado al IX Simposium sobre Centros Históricos y Patrimonio Cultural de Canarias, organizado por el CICOP en el año 2000 y titulado El Patrimonio Arqueológico Canario. Turismo y Desarrollo, realizado por Esther Chávez Álvarez y Elena Pérez González. Texto completo en Actas del Simposium, editadas por el CICOP.
Imágenes del Barranco: propiedad del autor
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