22 de noviembre de 2010

Barranco Agua de Dios (Tegueste, Tenerife) ¿todavía más?

Me pregunto cuántos informes técnicos más serán necesarios, cuántos informes de impacto medioambiental y arqueológicos, cuántos inventarios, cuántas propuestas de puestas en valor, cuánto dinero público más invertido en hacer una y otra vez lo mismo, para que se tomen por fin las decisiones y medidas necesarias para la protección, conservación, difusión y gestión de los yacimientos arqueológicos del Barranco de Agua de Dios.

Más información sobre la historia de la gestión de estos conjuntos en este enlace.

"Un BIC sin cauce lógico"

Que se sepa, las fronteras que fijaron los guanches para dividir sus nueve menceyatos en Tenerife jamás separaron el barranco Agua de Dios o De Milán en la linde que se estableció mucho después para diferenciar Tegueste de Tejina (La Laguna) cortando este cauce a la mitad. Lo que no hicieron los aborígenes, ni la naturaleza, ni la importancia arqueológica, etnográfica, cultural y natural en esta impresionante cuenca sí ha hecho el Cabildo tinerfeño con su declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) de la parte del barranco que corresponde sólo a la Villa teguestera, obviando el resto de la depresión hasta el mar. Algo tan incomprensible movilizó hace un año a un grupo de vecinos de Tejina, en su mayoría jóvenes que se dedican al senderismo y el salto del pastor, a tratar de implicar al Ayuntamiento lagunero y convencer a la Administración insular de que corrija tamaña incongruencia, sobre todo por los perjuicios para la conservación y difusión de los numerosos y ricos yacimientos arqueológicos presentes, que, como en otros muchos casos en la Isla, han sufrido innumerables expolios.

Fuente del texto "Un BIC sin cauce lógico" y más información en El Día.es

3 comentarios:

Koffler dijo...

Qué país, seguro que si fuese algo del Barroco las cosas se harían bien.

Felicidades por el blog y un saludo

Anónimo dijo...

Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)

MMS dijo...

Es triste que ante estas situaciones casi lo único que podamos hacer es seguir poniendo en evidencia esta falta de sentido común y seguir denunciando estas situaciones, que no se dan sólo en Canarias, claro. Y mientras con los dedos cruzados para que el expolio y la degradación sean los mínimos.