El contexto histórico general
Los abundantísimos estudios y trabajos sobre materiales literarios, epigráficos y arqueológicos realizados en los últimos cien años en el Marruecos atlántico permiten asegurar que la ocupación de ese espacio en cualquiera de sus formas (políticas, sociales, económicas) estuvo limitada a la franja que se extiende desde Tánger hasta Sala. Sólo dentro de esos límites se documentan asentamientos, ciudades y necrópolis, y dentro de ellos se establecieron las relaciones sociales y desarrollaron la mayor parte de las actividades económicas de los pueblos mediterráneos colonizadores. Ninguna inscripción fenicia, púnica, neopúnica o latina ha aparecido tampoco (si se exceptúa el caso de Mogador) al sur de la posición de Sala (limes de la Mauretania Tingitana). El paralelo 34 fue, sin lugar a dudas, la frontera natural y estratégica de fenicios, púnicos y romanos a lo largo de toda la historia de su presencia o dominio en la región.
Los materiales antiguos descubiertos al sur de esa posición son tan extremadamente escasos y dispersos que proporcionan una confirmación independiente de los límites de la ocupación territorial de los pueblos mediterráneos en el África atlántica. Se constata, no obstante, una notable excepción, Mogador (Essaouira). Las prospecciones y trabajos arqueológicos llevados a cabo en el islote (situado al norte del paralelo 31) documentaron dos fases de ocupación bien definidas, extendiéndose la más antigua (fenicia) entre la primera mitad del siglo VII a. e. y mediados de la centuria siguiente y la más reciente (romana) desde el reinado de Augusto hasta mediados del siglo IV d. e. Durante la fase más antigua, Mogador sirvió como factoría estacional para empresas comerciales de la Gades fenicia; durante la más reciente, fue también enclave para actividades económicas de naturaleza comercial (que no tenían nada que ver con la púrpura, ni con industrias pesqueras de ningún tipo). Se trata, en cualquier caso, del único centro ultraperiférico antiguo establecido por la autoridad de las fuentes que se reconoce en la fachada atlántica africana al sur del limes romano.
Los abundantísimos estudios y trabajos sobre materiales literarios, epigráficos y arqueológicos realizados en los últimos cien años en el Marruecos atlántico permiten asegurar que la ocupación de ese espacio en cualquiera de sus formas (políticas, sociales, económicas) estuvo limitada a la franja que se extiende desde Tánger hasta Sala. Sólo dentro de esos límites se documentan asentamientos, ciudades y necrópolis, y dentro de ellos se establecieron las relaciones sociales y desarrollaron la mayor parte de las actividades económicas de los pueblos mediterráneos colonizadores. Ninguna inscripción fenicia, púnica, neopúnica o latina ha aparecido tampoco (si se exceptúa el caso de Mogador) al sur de la posición de Sala (limes de la Mauretania Tingitana). El paralelo 34 fue, sin lugar a dudas, la frontera natural y estratégica de fenicios, púnicos y romanos a lo largo de toda la historia de su presencia o dominio en la región.
Los materiales antiguos descubiertos al sur de esa posición son tan extremadamente escasos y dispersos que proporcionan una confirmación independiente de los límites de la ocupación territorial de los pueblos mediterráneos en el África atlántica. Se constata, no obstante, una notable excepción, Mogador (Essaouira). Las prospecciones y trabajos arqueológicos llevados a cabo en el islote (situado al norte del paralelo 31) documentaron dos fases de ocupación bien definidas, extendiéndose la más antigua (fenicia) entre la primera mitad del siglo VII a. e. y mediados de la centuria siguiente y la más reciente (romana) desde el reinado de Augusto hasta mediados del siglo IV d. e. Durante la fase más antigua, Mogador sirvió como factoría estacional para empresas comerciales de la Gades fenicia; durante la más reciente, fue también enclave para actividades económicas de naturaleza comercial (que no tenían nada que ver con la púrpura, ni con industrias pesqueras de ningún tipo). Se trata, en cualquier caso, del único centro ultraperiférico antiguo establecido por la autoridad de las fuentes que se reconoce en la fachada atlántica africana al sur del limes romano.
JOSE ANTONIO DELGADO. Profesor de Historia Antigua de la Universidad de La Laguna
Artículo completo en: laopinion.es
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