26 de noviembre de 2008

Donaciones para el Museo Arqueológico Insular de La Palma

¿Cuál debe ser la función de un Museo? ¿Seguimos anclados en la visión decimonónica de vitrinas que albergan cientos y cientos de piezas? ¿Para qué sirven los inventarios exhaustivos de piezas arqueológicas descontextualizadas? Un museo no debe convertirse en un mausoleo. Debe ser un lugar que aúne dinámicas y experiencias en torno a su temática, que reúna a especialistas y que difunda y transmita el significado de sus fondos. Debe ser un lugar de encuentro para el mundo científico y público en general.

El Museo Arqueológico Benahoarita (MaB), inaugurado en abril del pasado 2007, ya se ha quedado pequeño por "la avalancha de donaciones arqueológicas de gran valor" cedidas por ciudadanos de la Isla, según reconoció ayer el arqueólogo Jorge Pais, técnico de Patrimonio Histórico del Cabildo insular. Pais afirmó que la entrega de material arqueológico ha sido de tal magnitud que ya está en proceso de contratación una ampliación o remodelación de la sala de exposición permanente del museo "para dar cabida a las colecciones que estamos recibiendo, aunque la verdad es que para mostrarlo todo nos haría falta el doble de espacio del que ahora tenemos. Aún así, ya nos arreglaremos haciendo exposiciones temporales. Ha sido una avalancha que nos ha sorprendido".El reconocido arqueólogo advirtió de que algunas de las donaciones "son increíbles. Ni nos imaginábamos que en La Palma pudieran haber tantas colecciones", y destacó la colaboración desinteresada de Luis Miguel Robaina, Casiano y Carlos Melián, Jonás Rodríguez, Carlos Abreu y Aníbal Ramos, "que nos siguen entregando material. Son personas con las que, además, estamos visitando los lugares de dónde se obtuvo cada pieza porque hay yacimientos sorprendentes".Materiales "increíbles".- Jorge Pais destacó la gran cantidad de "material óseo" que han recibido en el museo. "Ahora mismo debemos tener sobre 400 ó 500 punzones de huesos", aseguró. Además, "nos han llegado vasijas muy bonitas y muy poco representadas, decoraciones que no conocíamos, formas que tampoco se habían visto en la prehistoria de La Palma, nuevos grabados rupestres... una infinidad de materiales increíbles". El arqueólogo palmero apuntó también que gracias a las donaciones particulares y a las visitas posteriores a los yacimientos donde se localizaron las piezas, "ahora conocemos, por poner un ejemplo, casi el doble de las cuevas funerarias que hace apenas un año. Algunas son impresionantes y están prácticamente intactas".

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