Los operarios que ejecutan las obras de la nueva carretera entre Adeje y Santiago del Teide no se toparon de repente con los restos de los cinco aborígenes. Las máquinas ni siquiera han llegado a esa zona, según explicó ayer el director general de Carreteras, Francisco González. Antes de iniciarse los trabajos ya se conocía de la existencia de la cueva. La sorpresa fue que en su interior había cinco aborígenes. El proyecto constructivo y el plan de vigilancia de la obra ya contemplaba la existencia del yacimiento, inventariado y catalogado, por lo que las obras no se verán afectadas.
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