Con reflexiones así, da gusto ir cada día a impartir clase. Tengo unos alumnos y alumnas maravillosos.
Los beneficios que tiene la conservación del patrimonio para una comunidad, tales como la preservación de su acervo común, la posibilidad de mantener su propio discurso y su propia identidad como pueblo y las posibilidades económicas ligadas a ese patrimonio, sólo se producen si efectivamente quien está en control del discurso es la comunidad que tiene ese patrimonio incluido dentro de sí (...). Si realmente el patrimonio arqueológico, y por extensión el cultural, es un recurso importante desde el punto de vista económico aunque sea de forma potencial, ¿qué empresa va a renunciar a controlar ese recurso y, por tanto, influir de forma decisiva en la difusión del discurso y la identidad de la cultura asociada a ese patrimonio?.
¿Por tanto? El debate disponible en las aulas. La enseñanza, en este caso universitaria, un magnífico campo de pensadores y pensamientos.
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