Tindaya fue un sueño visionario de Eduardo Chillida que acabó por convertirse en pesadilla. Según él mismo reconocía, le provocaba insomnio y una "extraña úlcera". El sueño -que nació en 1985 de un verso ("lo profundo es el aire") de Cántico, de Jorge Guillén, y de una visión nocturna (una montaña despojada de su interior para que el espacio entrara en ella, un homenaje a la pequeñez que nos une a todos los hombres)- encontró su montaña sagrada en 1994 en la isla de Fuerteventura.Artículo completo en ELPAIS.COM
Imágenes: Podomorfos de Tindaya (Izuran); Chillida y la montaña de Tindaya, de Jesús Iriarte, en ELPAIS.COM
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